Metas de crecimiento: tu escalera hacia el éxito

Con el final y comienzo de cada año, es común pensar en lo realizado el año anterior pero, sobre todo, en lo que queremos hacer y lograr durante el siguiente. De hecho, las metas y propósitos han pasado a ser parte de la plática de Enero: “¿Cuáles son tus metas de este año?” te preguntan tus familiares, amigos y conocidos.

Año con año también es recurrente el olvido de aquello que nos propusimos con tanta dedicación y empeño. Y casi siempre apenas unas semanas después de iniciado el año. ¿Por qué?¿Será simple olvido?

Hay un sinnúmero de razones por las que comenzamos el 2015 repitiendo las metas del 2014, autopropuestas originalmente en el 2013 o en el 2012.

A mi criterio, las dos principales son: a) la aspiración de hacer muchos cambios en poco tiempo, bien dice el dicho “quien mucho abarca, poco aprieta”; y b) en lugar de objetivos, tener simples sueños.

La diferencia

Aunque en el día a día usemos las palabras sueños, metas y objetivos como si fueran sinónimos, no lo son. Un sueño es un deseo, algo que querés que pase y ya. Una meta o un objetivo es algo para lo que además de deseo, tenés un plan y un proceso para lograrlo.

Por ejemplo, no es lo mismo decir “quiero bajar de peso en el 2015”, a escribir y dar seguimiento a una meta específica, medible, alcanzable y realista. Por ejemplo: “Voy a bajar cuatro libras al mes, durante seis meses, para un total de 24 libras en el 2015”.

¿Cómo se hace?

Si cumplir tus objetivos es suficientemente difícil como para encima no tener claro lo que quisieras hacer, entonces debemos empezar por enunciar nuestras metas de una manera correcta.

Así, estas deben cumplir las características de un objetivo S.M.A.R.T (por sus siglas en inglés):

  • Específicos: Deben ser claros en todos los aspectos. Saber con exactitud el qué, dónde, cuándo y todo lo relacionado.
  • Medibles: Si no se puede medir, no sirve; pues no podrás comprobar si has alcanzado la meta.
  • Alcanzables: Es decir, poderlos concretar. Aunque sí debemos ser optimistas, no podemos dejar de lado el ser realistas.
  • Realistas: Deben estar dentro de tus posibilidades y recursos.
  • Tiempo: Requieren un plazo de tiempo límite para ser cumplidos. ¿Son 3 meses, 6 meses o todo el año lo que te va a tomar lograrlo?

Fijándote metas claves

No cabe duda de que los objetivos de cada individuo son variados y/o diferentes en comparación a los de otra persona. Sin embargo, hay ciertas áreas de vida comunes para todos y que, por ser fundamentales, no las podemos obviar. En cada una de ellas debemos fijarnos metas, independientemente de la situación en la que estemos y nuestros gustos y preferencias particulares.

Espero estés convencido o convencida de la importancia de invertir en vos mismo y mejorar un poquito cada día. Se trata de que en un año, no solo seás un año más viejo, sino también mejor, más sabio y más sano.

Estas son cuatro áreas fundamentales recomendadas para pensar e invertir:

Salud: Sin salud, el éxito no se disfruta. Es un hecho. ¿De qué sirve el éxito profesional y la estabilidad emocional si no tenés la salud necesaria para vivirlo al máximo? De nada. La salud es el cimiento de la vida, pues si nos falla, todo lo demás carece de importancia. El problema es pensar en la salud y darnos cuenta de su valía hasta cuando nos encontramos bien enfermos. Por eso, invertir en nuestra salud todos los días es imprescindible, ya que de no ser así, podría ser demasiado tarde. Consejo sano: comé saludable, hacé al menos 30 minutos de ejercicio al día y dormí lo suficiente. Tu futuro-yo te lo va a agradecer.

Profesional: Ya sea que finalmente te decidás a aprender inglés, aplicar a la maestría que siempre has querido o pedir el ascenso que sabés te merecés, es momento de hacer del 2015 un año de éxito profesional. En este mundo globalizado y competitivo estudiar una carrera ya no es suficiente y si vos querés obtener el puesto o formar la empresa de tus sueños, debés enfocarte y trabajar duro para lograrlo. No olvidés incluir una meta que te ayude a subir en la escalera del éxito profesional para este 2015.

Relaciones: Durante toda tu vida vas a tener que interactuar con otras personas: tu familia, el panadero, los compañeros de trabajo, el jefe, tu pareja, los profesores de la universidad… y la lista sigue. Por tanto, algunos aspectos muy importantes de tu vida, como tu pareja o tu trabajo, van a depender directamente de cómo resulten esas interacciones. Teniendo esto en cuenta, ¿no creés que vale la pena invertir algo de tiempo en desarrollar tus habilidades sociales? Y para esto no hay una ciencia mágica. Creo que el ingrediente #1 es la empatía, el poder ponerte en los zapatos de la otra persona, pero para todo vas a tener que practicar, practicar y practicar. Si sos tímido o tímida quizá una buena meta para este nuevo año podría ser el aprender a abrirte más a las personas y socializar con desconocidos. Hay algo bueno por aprender en cada persona.

Personal: Y por supuesto, no podemos obviar que la persona más importante en tu vida siempre vas a ser vos y es necesario dedicar tiempo, esfuerzo y recursos a enriquecernos nosotros mismos. Bien dicen que la mejor inversión es en la persona, uno mismo. Pero, ¿y qué podrías fijarte como meta de crecimiento personal? ¿Qué te parece leer unos cuantos libros de diferentes temas interesantes para vos durante el año? Leer es una excelente manera de aprender sobre aspectos nuevos del conocimiento, pero también de disfrutar un tiempo yo-yo. Leé, leé todos los días de ser posible, porque entre más leás, más te va a gustar aprender y saborear las ideas compartidas por los grandes pensadores de nuestra historia y del mundo contemporáneo.

exito
Si en algún momento te desviás de tu camino, no tirés la toalla, continuá donde la dejaste y cumplila como te lo habías propuesto.

¿Y el dinero?

Al fijarnos metas, son pocos los que hablan del asunto clave: la plata involucrada. Para casi cualquier cosa que querrás lograr, vas a necesitar dinero: una maestría, estudiar inglés, una nueva casa, pasar tiempo fuera con la familia, comer alimentos de calidad, entre otros. Todo implica dinero y por eso no lo podemos dejar de fuera al momento de planificar.

Lo ideal es sacar cálculos de cuánto se necesita invertir para cada una de tus metas y luego, dividiéndolo por la cantidad de tiempo disponible para determinar cuánto dinero se necesitaría estar ahorrando mes a mes. Una meta que no incluya la inversión a realizar, es una meta que no funcionará.

Habrán objetivos a cumplir en un par de meses y otras en unos cuantos años, no olvidés establecer los plazos y fijar prioridades a cada una: solo así vas a saber en cuál (es) enfocarte.

Finalmente, visualizá lo que pensarías y sentirías al momento de cumplir cada meta, pues está comprobado que el cerebro siente el mismo placer al imaginar que al realizar. Si en algún momento te desviás de tu camino, no tirés la toalla, continuá donde la dejaste y cumplila como te lo habías propuesto.