Cuando se trata de grandes cambios en estilos de vida, pocos eventos se comparan con la llegada de un nuevo bebé a tu vida. Pero la cantidad de horas que dormirás no será lo único que ser verá afectado por este importante hito… tus finanzas, sin lugar a dudas, darán una gran vuelta.
Por esto, en medio de toda la emoción, muchos padres y madres comienzan a sentirse abrumados, tanto emocional como económicamente.
Si no tenés claro cómo empezar a prepararte financieramente para tu bebé, este checklist te puede caer como anillo al dedo. En la lista podrás encontrar 10 acciones financieras a realizar para ayudarte desde el momento en que pensás embarazarte hasta el primer año del nuevo integrante de la familia.
1. Revisá tu presupuesto
Te traigo noticias: ¡Tener hijos sale caro! Por lo que revisar cómo estás gastando tu dinero es imprescindible. Podés comenzar por analizar tus gastos mensuales fijos y variables, para determinar en qué rubros podés gastar menos y ahorrar ese dinero en una cuenta para tu bebé.
Así mismo, mirá qué rubros de gastos subirán de ahora en adelante, por ejemplo podría ser que pensés mudarte de casa para tener mayor espacio para el bebé.
2. Considerá comprar un seguro de vida
No te lo voy a endulzar: en el momento que decidís tener hijos, un seguro de vida se vuelve algo a considerar. Y aquí lo que debés pensar es: si yo llegara a faltar, ¿de qué viviría mi hijo o hija?
Un seguro de vida en regla puede garantizarle a tu retoño continuar con su vida y sus estudios pase lo que pase.
3. Determiná cómo vas a usar tus 3 meses de maternidad
En Nicaragua, las empresas –por ley- te deben dar 3 meses de maternidad para estar con tu bebé. Muchas mujeres deciden tomar un mes antes del parto y dos después para estar con sus hijos y otras deciden aguantarse hasta el último momento trabajando, para pasar más tiempo con el nuevo integrante de la familia.
Así mismo, averiguá si tenés otros días de vacaciones acumulados y decidí si también los querés usar en este momento. El tiempo pasa rápido y entre más logrés estar con tu familia, mejor.
4. Decidí si seguirás trabajando una vez nazca tu bebé
Ahora es el momento de pensar cuando –e incluso, si- vas a regresar a trabajar después del periodo de maternidad. ¿Podrías considerar algo medio tiempo? ¿Regresarás a tu trabajo de siempre? O, ¿considerarías quedarte en casa cuidando al bebé?
Si estás pensando trabajar menos, analizá cómo los ingresos menores afectarán tus gastos: ¿aun podrías cubrir todos los gastos relacionados a tu(s) hijo(s)? Si resulta que la matemática te dice que sí, probá hacerlo mientras estás embarazada: aprendé a vivir con lo que serían tus nuevos ingresos si ya no trabajarás como antes.
5. Revisá tu seguro médico
Si vos y tu pareja tienen seguros médicos separados –suele suceder cuando tienen diferentes empleadores- examinen cada una de las pólizas y decidan cuál de las dos se adapta mejor a las necesidades del bebé, basándose en el monto de las primas, el acceso a los médicos de su confianza y la cantidad de cobertura que tendrán por las visitas regulares al pediatra, medicamentos, vacunas y hospitalizaciones.
Puede no ser crítico ajustar tu póliza de seguro antes del nacimiento del bebé (típicamente las pólizas lo cubrirán durante los primeros 30 días de vida), pero es generalmente una buena idea irse preparando desde ya para que no tengás que preocuparte por esto cuando mayores desvelos sufrirás.
6. Hacé un plan para el cuido de tu bebé
Si pensás regresar a trabajar tras el nacimiento de tu bebé, es importante considerar desde ya quién va a cuidarlo cuando vos no estés. Algunos nuevos padres y madres tienen la suerte de tener familia viviendo cerca de ellos, quienes se pueden hacer cargo de los niños en la semana mientras trabajan, pero si no es una posibilidad para vos, es importante tomar cartas en el asunto y comenzar a ver opciones.
Es probable que durante los dos primeros años de vida, debás contratar ayuda en tu casa para que se hagan cargo exclusivamente del niño o niña y más adelante lo enviés a un maternal. No importe el camino que vayás a tomar, consideralo desde ahorita y no cuando el bebé ya está en tus manos.
7. Ahorrá para la universidad
No hay mejor herencia que le podás dejar a tus retoños que una excelente educación y formación. Y ésta, por lo general, suele ser bastante cara. Sé que ahorita podrá soñar como a miles de años de distancia, pero el tiempo vuela y cuanto antes comencés, menor será el monto que deberás separar mes a mes para ver a tu bebé graduándose.
Otro punto a considerar es que, al darle la mesada (cuando ya esté lo suficientemente grande), él o ella misma ahorre una parte –por más pequeña sea- para su propia educación, enseñándole así, la importancia del ahorro y la planificación financiera desde temprano en la vida.
8. Sé inteligente con las compras del bebé
Sí, entiendo tu deseo de comprar absolutamente todo lo nuevo y lindo que hay en el mercado para el recién integrante de la familia. Pero tomá en cuenta dos puntos:
- Seguramente tu bebé podrá vivir perfectamente sin muchas de esas cosas.
- Todos estos artículos para los recién nacidos suelen ser carísimos.
Por esto, cuando se trata de estos gastos, enfocate en cubrir las necesidades básicas de tu bebé. También aprovechá los regalos de familiares y amigos –así sean de cosas usadas-para librarte de comprar mucho de lo básico. Y en este mismo sentido, no desestimés comprar artículos de segunda mano: suelen costar una fracción del precio de lo nuevo y estar en perfectas condiciones.
El futuro de tus hijos depende de una inteligente organización financiera.
9. Establecé un plan para tu patrimonio
Durante los primeros meses de vida de tu nuevo bebé, escribir un testamento puede ser una tarea súper importante, ya que puede incluir una designación de quién va a criar a tu hijo si algo te ocurriera, así como la manera en que éste heredará tus activos.
Sin un testamento, tus posesiones y la tutela de tu hijo estarían en mano de los juzgados, lo que podría hacer una situación trágica aun peor.
10. Volvé a hacer tu presupuesto
Para cuando tu bebé haya cumplido un año, ya deberías ser experto o experta en la práctica de revisar tu plan de gastos –un hábito financiero que te servirá a medida que tu pequeño vaya creciendo. En pocas palabras: así como tus propios gastos cambian y aumentan con el paso de los años, lo mismo pasará con los de tu hijo.
Por ejemplo, el monto que gastás en comida probablemente se incremente con el crecimiento de tu bebé, pero lo que gastás en leche y pañales disminuirá.
Por esto, balancear tu presupuesto en la misma medida que tus gastos diarios vayan variando no solo te ayudará a llevar una vida financiera sana, también será un gran ejemplo para ese ser que está por nacer.