Los primeros días de clases son cruciales para los estudiantes de todas las modalidades; sobre todo en Educación Preescolar, Primaria y Secundaria, ya que conlleva retomar los hábitos con referencia a horarios que en vacaciones se habían desorganizado.
Durante las vacaciones, los y las estudiantes (niños, niñas, adolescentes y jóvenes) pierden la rutina y se desordenan en muchos aspectos de sus vidas, por ejemplo: se acuestan más tarde, se levantan más tarde, comen a horas diferentes, salen a paseos con sus familias y desatienden las obligaciones que deberían realizar. Por tal razón, los padres de familia debemos orientarlos nuevamente hacia la adaptación de esos hábitos perdidos para un desempeño eficiente en sus vidas.
Sin embargo, regresar a la rutina resulta tedioso, pues provoca malestar, retrasos, sueño, bajo estado de ánimo y negatividad. En estas circunstancias, nos vemos obligados a reinsertarlos en el proceso de cambio gradualmente, antes de que sea el primer día de clases, de lo contrario enfrentaríamos un conflicto en nuestros hogares.
Efectivamente, se hace necesario realizar un periodo de adaptación para que nuestros hijos poco a poco recuperen sus hábitos y motivación; esto depende mucho de los padres y, sobre todo de la unidad familiar, ya que se debe organizar un horario para las diversas actividades: académicas, del hogar, extracurriculares, su tiempo para dormir y para su alimentación, entre otras.
Nuestros hijos necesitan un orden en sus vidas para ser felices y desarrollarse exitosamente, por ello existen dos áreas importantísimas para recuperar los buenos hábitos y organizar los ritmos biológicos: El sueño y las comidas. Las rutinas no serán nada novedosas, pero cuando se han perdido no se recuperan de la noche a la mañana, esto significa que debemos empezar a implementarlas unas semanas antes del inicio de clases.
Recuperar los hábitos de sueños
Es primordial tomar en cuenta las horas que debemos dormir para tener un rendimiento óptimo en el transcurso del día en las diversas actividades que se nos demandan. En el caso de nuestros hijos, quienes durante las vacaciones se han acostado tarde y levantado tarde, además de que duermen más horas de las recomendadas; es imperativo adelantar el horario para irse a la cama. Podemos tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
1. Orientarles tareas en el hogar, fijándoles tiempo de entrega. Una tarde cargada de actividades hará que se cansen y se duerman más temprano.
2. Ducharse antes de ir a dormir.
3. En el caso de los más pequeños, leerles un cuento.
Recuperar hábitos de alimentación
Como ya sabemos, en muchos casos también hay desorden para la alimentación, por ello debemos considerar lo siguiente:
- Establecer horarios fijos de comidas similares a los que tendrán cuando vayan al colegio, asimismo relacionados con los hábitos de sueño.
- Practicar las normas básicas de conducta: lavarse las manos antes de cada comida, sentarse a la mesa (no frente al televisor), usar servilletas, no levantarse de la mesa antes de concluir, cepillarse los dientes, entre otras.
Ciertamente, se requiere disciplina y debemos ser constantes en la adquisición de los hábitos en nuestros hijos. Ya en el colegio, es necesario revisar el horario de las clases, para realizar las tareas asignadas, actividades extracurriculares, del hogar y otros. Cada niño o niña debe tener su horario a la vista en un espacio de su habitación para recordar todos los días el debido cumplimiento.
Es nuestro deber como padres y madres motivarles y reforzar cada día los aspectos positivos para reorganizarse e iniciar el año escolar sin tensiones. Llevar una vida ordenada, nos permitirá gozar de bienestar en cada núcleo familiar.